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Usted tiene que confiar en mi cuando le digo que hay miles de acciones y funciones que ocurren en el cuerpo humano cada segundo, de cada minuto, de cada hora de su vida.  Los órganos mandan señales a las glándulas para evacuar hormonas. Las células deben de crear energía y evacuar lo malo del tejido fino, sus sentidos deben grabar cada segundo de lo que usted toca, ve, escucha o respira, su sistema inmune debe mantenerse fuerte, su mente está trabajando a 100 por hora.

Una interferencia en una de estas acciones o funciones, puede empezar un efecto dominó que puede dar inicio a una enfermedad. Cuando entendemos que las toxinas acumuladas irritan lentamente tejidos finos locales hasta que llegan a ser enfermedades, se puede comprender cuánto más sabio sería quitar el agente que lo causa, que el enfocarse en el alivio del síntoma.

Las opciones médicas fallan porque no identifican la causa del problema, ellas están satisfechas con identificar la reacción. No entrenan a los doctores para buscar factores que causan estas enfermedades, así que usted no puede realmente esperar que encuentren una opción. Si son lo bastante afortunados para identificar la reacción o el síntoma, solo se concentran más en relevarlo o contenerlo que detección de la causa del problema. Así es como la medicina moderna ve a las enfermedades. La terapia con medicamentos contribuye a la cantidad de toxinas acumuladas que causaron el problema en primer lugar y la cirugía es una corrección temporal en el mejor de los casos.

Para que el proceso curativo ocurra en el cuerpo se requiere tomar en cuenta todas sus piezas y funciones. Entre más partes se quiten o inhiban (mediante cirugía), más dificultar tendrá el cuerpo para curarse y regenerarse.  El cuerpo generalmente acumula toxinas en áreas débiles. El cuerpo es generalmente adaptable y tiene una gran manera de preservarse y ganas de sobrevivir.  Esto quiere decir que la respuesta natural del cuerpo es eliminar cualquier toxina que ha entrado al mismo y puede causar daño. Si el cuerpo tiene algún problema para eliminar estas toxinas por alguna u otra razón, éstas empiezan a acumularse en áreas débiles del cuerpo. Estas áreas débiles del cuerpo son creadas por herencia, malnutrición, falta de eliminación natural o trauma físico.
Cuando las toxinas finalmente se acumulan en cierta área, las células locales se vuelven inactivas reduciendo la eficiencia de las acciones y las funciones que requieren estas células para poder trabajar. Las células paran el digerir, asimilar, metabolizar, eliminar, haciendo a las hormonas, hormonas que inhiben, enviando y recibiendo información o lo que su tarea pueda ser.

Cuando las células dejan de funcionar eficientemente, los síntomas empiezan a desarrollarse.  Como ilustración, imagine que usted está conduciendo por la carretera y todos están conduciendo a cuarenta kilómetros por hora. Es un día hermoso, sin problemas evidentes. Cada persona en el camino tiene un cierto destino y una diversa tarea por realizar cuando alcance ese destino. Uno de los coches choca repentinamente con un objeto agudo en el camino (toxina) y se le poncha un neumático (una célula no cumple su función). Mientras que el coche pierde control y vira de un carril a otro, se estrella con un coche en el carril siguiente y éste comienza una reacción en cadena que crea no solamente un accidente múltiple serio, sino también una obstrucción en el camino. Y todo esto ocurrió porque una influencia del exterior interrumpio el flujo normal de las cosas.

Si la medicina moderna se fijara en la situación, encontrarían un tratamiento para la ponchadura de neumáticos. Pudiera ser aire comprimido en una botella o parches. Sin embargo el problema no es el neumático, si no el obstáculo en el camino (toxina). Para prevenir que esto vuelva a suceder, se deben tomar medidas para que los obstáculos en el camino (toxinas) no se encuentren en el camino otra vez y pueda causar que este escenario vuelva a ocurrir. La cura a esto la encontraremos después de que los obstáculos se hayan removido de ahí y así ya los demás coches no tendrán que pasar por lo mismo.

Puedo asumir que todos nos podemos identificar con esta analogía. Si usted substituye la ruina por “toxina” y los coches por “células”, usted entenderá por lo que pasan sus células cada vez que se presenta una toxina que nunca fue diseñada para estar en el cuerpo humano. Las células en el cuerpo no pueden tratar de hacer frente a las toxinas cada día, de igual manera que un neumático no puede ocuparse de un objeto agudo en el camino. Cada vez que usted respira aire tóxico, o cuando usted come o bebe, tiene que ver algo con las toxinas, usted está lanzando los objetos agudos en el camino por así decirlo.

Es verdad que el cuerpo es más resistente y eficiente que el departamento de transporte y que él tiene células especiales para hacer una pausa y quitar cualquier obstrucción que puede ocurrir, pero ¿qué piensa usted que suceda después de años de este trato? ¿Qué detiene a sus células de desvanecerse o infectarse? ¿Qué de tiene a sus funciones metabólicas de crear energía u hormonas? Identifique esto y usted no tendría ningún síntoma. Los problemas de peso desaparecen, los dolores y otros síntomas molestos desaparecen, las enfermedades comienzan a invertirse y los tejidos se regeneran.

La verdad es que el cuerpo es milagroso en su capacidad de curar. Ninguna invención científica se acerca a la maravilla del cuerpo en todas las acciones y funciones que realiza cada segundo de cada día. Nos exponen a tantas toxinas cada día, que las células tienen un sobre trabajo, se enferman y finalmente mueren. Usted no puede evitarlo todo, no importa lo que intente. Lo preocupante de todo esto, es que la mayoría de nosotros nos exponemos a tantas de las mismas toxinas, que éstas se acumulan.

El “por qué” de la pregunta nunca se contesta

El doctor puede decirle que uno de sus órganos está fallando, pero ¿porqué? ¿Por qué el hígado se está aflojando?¿Por qué está el corazón tan débil? ¿Por qué sus células inmunes le están atacando? Cuando su presión arterial se eleva, usted no pregunta por qué.  Le ofrecen un medicamento para la regulación del síntoma, pero no una solución que identifique y quite la causa del problema.

Cuando su cuerpo desarrolla el cáncer o una enfermedad auto inmune, usted no pregunta por qué sus células normales llegaron a ser malas o porqué las células inmunes se han vuelto locas, usted acepta el tratamiento moderno.

¿Adivine que?  Estos tratamientos se han diseñado para regular el problema y no para corregirlo. ¿Y adivine qué más? ¡Esos tratamientos de regulación son tóxicos y añaden a la causa inicial del problema! ¿Está empezando usted a entender? La medicina moderna quisiera que usted tomara medicamentos para controlar la nueva carencia de eficiencia en las células que se están debilitando, solamente porque hay también muchas toxinas acumuladas en ellas para funcionar normalmente.

¿Qué acción o función se está inhibiendo para causar sus dolores de cabeza, la depresión, la diabetes, la enfermedad cardiaca, el cáncer u otro síntoma o enfermedad que usted pueda tener? Usted tiene que identificar y quitar mejor las toxinas antes que el problema llegue a ser más severo.  El protocolo médico no tiene ninguna opción con excepción de darle más medicina y la extirpación del área afectada con cirugía y usted sabe que ninguna de estas opciones son buenas.